De la "nave espacial" al poblado abandonado

 La Ribeira Sacra es una atractiva zona natural entre el sur de Lugo y norte de Ourense.
 Cierto día en que estaba buscando en la red caminos y carreterillas de ese entorno, nos topamos con un misterioso conjunto de construcciones. Obviamente visitar ese lugar iba a ser parte de la ruta.

Así pues una luminosa mañana sacamos la moto del garaje - no olvidemos que se hicieron para rodar- y al poco rato estamos sobre el valle de Maceda.

El río Mao sorprende por su curioso nombre y por la serenidad de su entorno.


Las carreteras de la ribera del río Sil obligan a escoger, o disfrutas al manillar de su trazado o te detienes a mirar y admirar.





En Montoedo nos topamos con una verja abierta de par en par con el "ovni" que estábamos buscando.

Lucio Ballesteros, de 88 años, ha dedicado los dos últimos años de su vida a construir una nave espacial de 20 metros de diámetro cuya meta es llegar al “planeta imaginario e intermedio” llamado 10/7, habitado por “seres muy semejantes a los seres humanos, pero con una estatura superior” y situado “entre los hombres y los ángeles”.

Desde el patio llamo a voces hacia la no menos curiosa casa taller y nadie responde. Volveré otro día y esta vez llamaré a su puerta. Por lo visto es un buen conversador versado en el mundo hermético....y un buen saxofonista. Ha sido mercenario, combatiente en la guerra de Argelia, miembro de la Legión Francesa, músico de orquesta militar y técnico de radiofrecuencias de RTVE

La nave “no es válida para este momento” pero si para “un futuro a largo plazo”. “La humanidad tendrá que evolucionar a nivel psíquico y espiritual”, asume Ballesteros

Aparte de ser yuotuber con su propio canal, se está filmando un largometraje sobre él y su planeta. Estaremos al tanto. Dejamos un mundo esotérico que nos queda grande para rodar con mi nave bicilindrica que a base de combustible fosil nos lleva por esta naturaleza exuberante.


Allá abajo observamos las pasarelas del cañon del Mao, guapa ruta de senderismo.


Entre estos venerables viñedos nos metemos por una pista con el cartel mas exagerado por no decir mentiroso que se puede ver.



La pista es facilona y ademas con atractivas panorámicas.




Un experto enólogo comentó que este tipo de viñedos con bancales tan abruptos solo existen en el Douro portugués y aquí, en la Ribeira Sacra.




Poco antes de volver al asfalto la pista rodea el abandonado monasterio de San Paio. Como no se puede entrar seguimos nuestro camino.


Atravesamos bosques de centenarios castaños y después la moto posa ante los floridos frutales. Parece estar en el "sakura" de Japón, su tierra natal.


Las laderas de las montañas caen hacia los ríos Navea y Bibei de manera muy estética. Se gustan y disfrutamos ese narcisismo rodando con la moto entre ellas.




Tras una altiplanicie un hilo de alquitrán y gravilla nos acerca a un enigmático lugar.


 Musica inquietante, estamos en el interior de un poblado abandonado hace unos años.


Aquí vivieron técnicos y trabajadores con sus familias. Cunstruian varias estructuras hidroeléctricas del entorno.

Poco queda de lo que fue un privilegiado pueblo.

Precisamente delante de la iglesia toca tomarse un tentepié. Tiene un colorista interior.



Como Atila, pero a lomos de la Honda, entramos en el bar o local social.



Salimos ya de estas soledades. Algo tienen estos lugares que generan unas sensaciones muy especiales y contradictorias.


Media hora después entramos en Castro Caldelas y salimos de este relato.


Solo nos quedan sesenta kms. de carretera convencional para aterrizar con la nave espacial que mas nos gusta -por ahora- en casa.

:ch)

Marzo 2019

Comentarios

Entradas populares