Frío luminoso


El sol anima a salir. No así la temperatura. Tomo medidas: Le pillo a mi chica sus guantes calefactados y pongo unas plantillas usb "orientales" en las botas. La bateria de la moto será generosa hoy.
 ¡Menudo motero!.. diréis. Breve intento de justificación: Viajamos a Suiza para subir el Cervino. Sobre las 3:30 de la madrugada ibamos a comenzar la ascensión y el más fuerte de los tres se echó para atras. Con el lio de cambio de material de las mochilas subí sin guantes y solo 1.5l de agua para dos escaladores y 17 horas de actividad por delante.
 Camino del refugio.
 Amaneciendo tras un par de horas de escalada.
 Asomado a glaciar de la cara norte. Prosiguiendo la ascensión.
 Javier esperandome en la cumbre. A 18º bajo cero mis manos apenas podian sujetar el piolet, mi seguro de vida en rampas heladas de 60º de inclinación.
 Orgulloso en la cumbre (4478 m). Pero los capilares de mis dedos ya no volvieron a ser los mismos. No es que no sienta las manos ahora con el frio, directamente me duelen como punzadas.
 Con todo, una cima preciosa.
 Explicado. Ahora a la moto. Al rato paso cerca de Francelos y el Miño
 Sea el frio ambiental o mi mente calenturienta, presiento celestiales "apariciones" por el camino.
 Vamos por carreteras que siempre son placenteras.
 Aunque en algunos sitios hubiese cambiado de buena gana las botas por patines de cuchillas.
 El cartel no pude leerlo, pero si una barrera no está cerrada... es que se puede pasar.
 Vamos hacia las pozas de Tourón. Lo que era salvaje, agua y monte, se ha "domesticado" para mal.
 Volvemos sobre nuestras rodadas dirigiendonos a Mestas.
 Cruzando la aldea me pongo nostálgico con un R8 TS. "Tiene 43 años" me dice su dueño.
 Superamos el pueblo y ya por monte la moto se dedica a pistear y piloto a empaparse de todo lo que ve.
 La pista se vuelve algo insulsa y la dejo para otro dia. Bajamos pués.
 Al querer dar la vuelta en una pista se me entierra la moto. Sin tracción, tardo un ratillo en sacarla. Gracias a ello entro en calor, mas bién me empieza a sobrar alguna prenda.
 Vemos enfrente la orilla donde estuvimos hace un rato. Proseguimos y en un recodo paramos a observar la zona del río Cerves que me gusta especialmente.
 El pueblo, al sol vigila sus cascadas.
 
 Que se merecen un poco de zoom.
 Mientras buscamos una pista, vemos algun monumento bien merecido y la arquitectura colorista del Musac de León.... bueno no, del colegio de Quins.
 Una pista facil a tramos, nos llevará a la orilla del Mño.
 Lo que parece una torre medieval es en realidad una antigua construcción de un transformador.
 Las torretas de alta tensión rodean el cañón del Cerves. No gustan pero las necesitamos.
 
 Penavaqueira parece dejarse abrazar por la montaña. Al acercarnos, el frio apenas deja elevarse al humo de sus estufas y cocinas.
 Seguimos para abajo. Prexigueiro y Vilaverde forman parte del paisaje.
 En un rasante aparece el monte Coto Novelle. La montaña va sombreando Francelos. La pista se complica a veces. Pero acabamos llegando al asfalto.
 Un poco de luz, sombras y reflejos.
 El sol quiere irse pronto, la temperatura vuelve a caer pues hace un rato tuvimos 7º de maxima. Guantes en posición II y volvemos.
 Pero no retornaremos a casa por ahí arriba...
 ... el dia, la moto y yo nos merecemos un regreso mas espléndido.
 Saludos a todos.

Enero 2015

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