Una isla...


Hoy no hay tiempo de ir por carreteras secundarias, pero tampoco apetece autovía.

 Pequeño desvio y ascenso a un mirador cerca de nuestro destino.

 La costa de la ría de Arousa. Al fondo la Isla de Arousa. "A Illa" es el destino
marcado para esta ruta.

 Se divisa también la boscosa isla de Cortegada, Carril y delante Vilagarcía con su puerto
donde está trabajando un colega que visitaré mas tarde.

 Bajo hacia la moto y al poco rato aspiramos salitre sobre esa larga curva
de un par de kms que es el puente de la isla.


 Se inauguró en 1985. Era una obra necesaria aunque el espiritú isleño perdiera parte de su esencia

 Sin embargo aquí hay algo especial y se percibe nada mas cruzarlo.


 Procuro bordear la isla lo mas cerca del litoral. Algunas pistas lo hacen sencillo.

 Playas y pequeños puertos.


 En la otra orilla asoma Vilagarcia.

 Los caminos llevan invariablemente al puerto de Xufre, en la capital municipal. 
Su mayor actividad pesquera está relacionada con el mejillón.


 Siguiendo la costumbre - no se si sana o perversa - de meterme por caminos desconocidos, atravieso 
un apacible bosque.

 Pero como estamos en una pequeña isla ocurre lo lógico: Llegamos al mar.

 El faro isleño ya no funciona como tal. Es un coqueto restaurante.

 Esta es la punta norte de la isla. Entre playas sugerentes y rocas rolamos hacia
el suroeste de la isla.

 Secada es un arenal espectacular. Se ha sabido mantener su estado primigenio.


 Las bateas mejilloneras son en gran medidada el sustento de la zona.


 Rodar en moto con cierta parsimonia es un placer en esta isla.


 Cuando no había puente, los arbitros pitaban muy intimidados pues un campo a dos metros del mar
 y la espera en un pequeño muelle del barco salvador, impone mucho...
 Estamos a punto de ascender al punto mas alto de la isla. Va a ser una larga y dura escalada  .Pero valdrá la pena el esfuerzo. Hay días que se hace un tresmil o un cuatromil. Hoy toca un 69....
 Esta es la cota máxima insular: O Con do Forno.
 El único municipio isleño de Galicia tiene 5.000 habitantes. La mayoria
viven en un estrecho istmo.

  Mientras hago un "rapell" desde la cumbre, un colega de tierra firme, envía un guasap diciendo             que para comer tiene arroz con calamares.
 Salgo pitando. Le seré profundamente infiel al bocata que traigo

 Se abre la puerta nos recibe un radar camuflado con su agente bajando del coche.
¡Que va! Esta es zona amiga y "Pato" Emilio está esperando.

 Comida, pequeña charla y un café.

 Pepe Gotera reparando el pomo de la puerta que Otilio -yo - se cargó.

 Enseguida "Corleone" me olfateó como manazas y ya no me dejó acercarme a la puerta.
 Casi acabo con el arroz con calamares que tenían para comer varios días - estaba muy bueno- luego
casi me cargo media casa; un rato mas y haría estallar las bombonas de butano al lado de la Africa


 Milo debía volver a currar al puerto, me despido de este gran tipo y de Villacharca con gratitud.
 De nuevo sobre la ría para continuar con el trail insular.

 Las nubes ceden en su tirania y el sol intenta asomarse.

Costeo por el este hacia el sur con un mar sin oleaje y unas hermosas playas desiertas al lado.
 ¡Vaya! Parece que los "Patos" tienen también una delegación por aquí. Esta isla de 7km cuadrados
 es sorprendente.

 En la zona sur se sitúa la península de O Carreiron. Es zona protegida y solo se puede patear.
 Queda pendiente.

 Multitud de calas perdidas. Sospecho que en temporada habrá menos intimidad.


 Esa playa que se observa sobre las rocas pertenece al islote Areoso.

 Tuve la fortuna de estar allí hace unos años en un viaje con un velero.
Aún lo recuerdo como un pequeño paraíso, porque lo es...
 Pequeñas pistas convierten a este trail costero en un placer. Al final
de cada una de ellas siempre hay un premio.

 La flor de la "uña de gato" es tan vistosa como invasora de la isla.
Se plantó en jardines municipales y ya es un problema botánico.

 En breve la moto estará rodando entre las casas de la villa.

  Hemos recorrido buena parte de sus 39 kms de costa. La isla me ha enganchado.
 Pero todavía queda agenda para hoy.

 Piso tierra firme en Vilanova, bueno mas bien arena poco firme...

 Al poco llego a Corón. Una amiga tiene una granja de pollos ecológica
 y me acerco a saludarla.
                                              

  El gallo de Mos es una especie que estuvo al borde de la extinción pues no se adapta 
 a la producción industrial.


  Puedo asegurar que su sabor nada tiene que ver con el pollo que habitualmente comemos.
 Tampoco su preparación en la cocina es la misma.
Mariló es una arousana que estuvo 25 años a cargo del mesón Campa da Braña en Ancares
 y su ciclo vital la devolvió a sus orígenes. Es todo empuje y una gran emprendedora.



 De esta manera se acaba la aventura isleña con un estibador motard y una ilusionada granjera
como protagonistas personales.

 Y como en todas las buenas comidas, de sobremesa nos regalamos un licorcillo, o lo que es lo mismo en este caso, hacer por pista los últimos kms hasta casa


:ch)
Mayo 2018

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