Asomándonos al Atlántico


Esta es la pequeña historia de una ruta tal que así:

Curiosamente se tarda menos tiempo (evitando autovías) en ir a Tui por Portugal. Hasta la altura de Melgaço 
la niebla no comenzó a diluirse.

Antes de cruzar el Miño pasamos al lado de una nasa utilizada para pescar la lamprea.


La subida a la zona natural del monte Aloia resulta espectacular, por trazado y vistas.


El centro de interpretación es curioso.

La cumbre del Aloia está surcada por pistas de senderismo que llevan a miradores excepcionales.
Pero hoy no toca, eso si la carretera emana una atmósfera especial.




Buscando la costa pasamos a los pies de la sierra del Galiñeiro.




En Baiona toca detenerse frente a su parador para aspirar ese inigualable aroma del Atlántico. 


Ascendemos la sierra de A Groba. Un tramo muy recomendable.


Una pista inicialmente fea nos lleva sin embargo a una guapa cumbre litoral. Allí el bocata con vistas sabe mejor.



Pisteando bajamos hacia la localidad de Oia.


Pasamos al lado del curro donde se reúne una vez al año el ganado equino que vive en semilibertad.


Ya divisamos el monasterio de Oia con su fachada frente al mar. Lo habitaban monjes que eran soldados cuando los piratas se acercaban a esta costa.




Abandonamos la costa y por pequeñas carreteras interiores llagamos a O Rosal. Allí un curioso "rotulo" atrae nuestra atención.



En su interior los grifos de cerveza hacen honor a la vocación del bar "Queima roda".

Un buen lugar para terminar este relato pues el regreso no tendrá mayor historia.
Ha sido un otro buen día de moto.
:ch)

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