Por los pinares a veces se encuentra alguna piña... (Por Sebito)

febrero 17, 2020

Por los pinares a veces se encuentra alguna piña... (Por Sebito)

Eso me pasó el otro día dando un rulillo con Ecrins en una jornada seca y fresqueta, con bastante niebla hasta Monforte de Lemos donde habíamos quedado:

Por cierto, Carlos me dice que ya es hora de que cambie el sotocasco, que me escapan los piojos por los agujeros…

En fin, queríamos tirar hacia Vilachá, un pueblecito que linda con el río Sil y que cuenta con un conjunto de bodegas centenarias consideradas entre las más antiguas de España:

Pues hacia allí zumbamos, un día de moto agradable y buenos alrededores para hacer ejercicio como opina el caballero de la última foto:

Muy agradable, incluso un tímido rayo de sol vino a alegrarnos la ruta y la mañana:

En el cruce dejamos para después Vilachá y sus bodegas milenarias, antes nos acercamos a Santiorxo mientras los tractores sacan los árboles del pinar a la carretera donde se los llevarán los camiones:

Entre prados y espesos pinares llegamos a Santiorxo donde encontramos un ejemplar varias veces centenario (o milenario como reza el cartel) de alcornoque, llamado por aquí “subreira” y de distinto modo en otros idiomas según indica el panel:

Parece ser que por una enfermedad el tronco se ha ido vaciando y ensanchado, dentro cabe Carlos y unos cuantos más, casi parece un salón comedor:

Así que desandamos estas guapas carreterillas hasta el anterior cruce tirando hacia Costaneiro donde hay una pista que Ecrins conoce. Allí nos sale al paso otro árbol majestuoso aparte de alguna construcción “del país”, una buena colección de latas de aceite o un garaje con la lápida en mármol de los antepasados familiares…

Y nuestra pista que alterna zonas secas y sanas con otras embarradas y “delicadas”, de todos modos una pista bien entretenida…

Mi compañero siempre encuentra dónde parar y buscar un buen encuadre...

Carlos negocia la pista con sus habituales buenas manos, pero unos metros tras él me meto en una rodera larga y estrecha, y en vez de sentarme y pasarla remando como debería hacer con buen criterio, sigo de pie confiado en seguirla a tiralíneas como si fuese Toni Bou. Como no lo soy, a la primera desviación del manillar me voy a tierra como un saco de patatas, a eso sí me parezco más que a Toni Bou:

Al menos al caer conservo reflejos para poner las manos por delante, pero a pesar del lecho de hojas donde aterrizo, el hombro recibe todo el peso y me llevo un buen golpe, creo que nada serio pero no soy capaz de levantar la moto por mí mismo:

Video del “evento”:

Enseguida aparece Carlos, antes de que levantemos la moto me tira una fotilla, enseguida ve que es teatro y al menos nos echamos unas risas; con algo de cuidado y algún dolor puedo conducir así que desandamos el camino, la rutilla por hoy para mí se ha terminado y quiero llegar a casa porque imagino que dentro de un rato el hombro comenzará a doler de verdad, mañana toca ir al médico a ver qué dice...

Parece que sólo fue el golpe, me dará la lata un tiempo porque al parecer cura despacio, aunque nada serio. En fin, gajes del oficio, sólo se libra de una caída quien no sale de casa, y a veces hay quien la pilla con un suelo mojado…

Febrero 2020

Me alegro que te lo tomes con el humor de la “retranca palentina” que parece existir.

Conste que cuando te vi volver a casa solo me entro la duda de acompañarte por mucho

que dijeses que era innecesario.