La inagotable Ribeira Sacra

 Los ríos Miño y Sil determinan entre las provincias de Lugo y Ourense la zona de  A Ribeira Sacra. Este año   está mas saturada de gente que desea conocerla. Por razones de todos conocidas, se buscan vacaciones en lugares poco masificados habitualmente ¡Y este año todos pensaron en provincias pequeñas!

Comenzamos. Entramos en la Ribeira por recónditos lugares, carreteras y caminos.



Empezamos bien, soledad y guapo entorno.


Pronto entramos en una ancha pista y ya vislumbramos el cañón del Síl.




Descendemos hacia las orillas del río. Pistas de tierra con tramos cementados hacen muy entretenido llevar la moto hasta allí.





Dejamos atrás la aldea ribereña de Rabacallos y volvemos a trepar por las laderas buscando zonas poco        conocidas y por tanto sin demasiados congéneres.



Una visual donde el desfiladero se abre para acoger viñedos…


...bueno, el lugar merece un mejor enfoque de la cámara.


Los tonos de verde lo dominan todo, a veces hasta parece excesivo.



Con poco respeto hacia las señales “homologadas” rodamos por pistas entre viñedos. Por el tamaño de los racimos la vendimia parece estar cercana.





Y hablando de vendimia, pasamos al lado de una barca de fondo plano que se utilizaban para recoger la uva de los viñedos mas inaccesible por la pendiente y ausencia de caminos. En alguna viña aún se realiza así.



Una vertiginosa subida en zig zag por una pista con final asfaltado, nos lleva a la parte alta del desfiladero. La filosofía de la ruta sigue vigente: Soledad casi absoluta.






El mirador de Trigoás está alejado de otros mas turísticos y por eso vamos hacia allí. Escondidos tramos de pista entretenida y llegamos. Una modesta ermita, una estructura de madera y amplias vistas.






Vamos finalizando la ruta. Es increíble lo que una modesta y veterana moto puede ofrecer. De entrada un tarde de diversión, al menos para un lobo solitario que es lo que deseábamos en esta jornada.





:ch)


Agosto 2020

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