Puerto de Cienfuegos

 

Cuando salen las dos motos del garaje con los baúles atrás, la cuadrúpeda recogida de la calle ya intuye que los bípedos mayores se van de ruta montados en un ruido.

 

Al llegar a Triacastela hacemos el camino de Santiago a la inversa. En el alto de San Roque jugamos con las autofotos.


 

Pero de nuevo las protagonistas son las motos pues nos divierten hacia O Cebreiro, que por cierto apenas tiene visitantes y peregrinos.



 

Siguiendo el periplo en sentido contrario de la ruta Jacobea tras Villafranca hacemos una visita al palacio de Canedo. Nos planteamos alojarnos y cenar aquí…en otra ocasión.


 

La antigua bodega se ha reconvertido en tienda de productos de la tierra.

 

Todo un personaje “Prada a tope”, quien rehabilitó todo esto. Rodean el palacio sus propios viñedos. Elabora un excelente vino del Bierzo. Después de rodar por terreno un tanto insulso entramos en el especial valle de Fornela. Quien tenga una trail  disfrutara de una sinuosa y estrecha carreta con buen asfalto. Apenas llega a los 30 cv pero cuesta seguir a la Beta.


 

El castro celta de Chano es la antesala de Gímara, donde finaliza lo negro y comienza la aventura por pistas de tierra.


 


Tras unos kms alcanzamos el solitario refugio de Campo de la Pesca. Está bien conservado y dispone de varias literas y cocina-chimenea de leña.


Aparte de recordar unos buenos recuerdos, aquí se aprecia su interior.: https://youtu.be/0V5tHFMpVy4

 Hoy no toca pernoctar en este entorno casi idílico, nos despedimos de una veterana pandilla que subió a merendar y comenzamos el puerto de Cienfuegos.



 

Pese a que algunos tramos están algo rotos la compañera va adquiriendo destreza y asciende con soltura. Luego me diría que la Beta se lo pone fácil, es una moto naranja pero con un par de cualidades más; suave de llevar y de estética armoniosa.



 

Y alcanzamos los 1700 metros de altura, el collado de este puerto. Desde Guímara hasta Balouta son 30 kms de pista. Dejamos la comunidad de Castilla León y entramos en la tercera del día: Asturias.




A poco de comenzar el descenso observamos la la gran cicatriz de la mina a cielo abierto de Tormaleo. Se supone que fue un mal necesario pero paisajísticamente duele.



 

Y muy pronto nos topamos con el semiculto túnel de Cienfuegos.


 

Son 500 metros perforando la montaña.

Por aquí pasaba el teleférico que partía de la mina asturiana de Tormaleo y finalizaba en la térmica leonesa de Palacios de Síl.

 

Por 97 torretas se deslizaban 400 baldes con 800 kgs de carbón. Se desmontó toda la estructura en 1998. Lo que aun queda en pie está en Peranzanes, en pleno valle de Fornela.

 

Una foto antigua de la red nos muestra como era el teleferico

 

Y ojo, que el final del tunel es un cortado con caida libre de cientos de metros.



Recorrer este túnel con fisuras, filtraciones, ecos y evidente negrura tiene su punto. Volvemos a la pista.


 

Moto, caminos, entorno y compañía convierten este tramo en un auténtico placer.




La costumbre de usar mapas y pasar de Gps hace que algunos cruces nos despisten. La noche se nos echará encima pero confiamos que sea ya sobre asfalto.


Un cartel (dos, mejor dicho) nos encara a subir un último collado. El sol comienza a ponerse cuando ya divisamos Balouta allá abajo.


Desde esta guapa aldea leonesa, por carretera conocida y sin la más mínima recta ni pintura, llegamos cansados pero encantados a Campa da Braña. Es nuestro albergue de los Ancares gallegos.


 

Saludos, cena, cama y desayuno. Recogemos las motos que durmieron con una veterana Shadow (también con generaciones de arañas) y nos despedimos de Pedro, nuestro amigo mesonero.






Preciosa mañana e igualmente guapo el recorrido hasta Doiras con su castillo casi de juguete.



 

Subida atractiva al alto de Portelo,.. ¿Donde está Willy? 


Entramos en León unos metros y vuelta a  Galicia por Piedrafita do Cebreiro donde pillamos un desvío.





Después de algunas pistas asfaltadas y otras que no, pasamos por Seoane do Courel. Me invita a comer la chica de la moto naranja y seguimos ya para casa.




Ha sido un disfrute total la ruta y parte de la culpa la tienen estos bien diseñados e infatigables motores.

 

Esta intensa ruta se acaba. Una parada en Belesar, cervecita con los comentarios de la ruta y para casa.

:ch)


Septiembre 2020

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