Serra de Larouco

 

Después de varias decenas de kilómetros entre una fría y espesa niebla, asomamos por fin el casco al sol. Vamos por el sur de la Galicia interior.

La iglesia antigua de Cualedro es el primer y último lugar habitado que nos detenemos en esta salida.

Desde una pista -autopista- divisamos la sierra do Larouco. La recorreremos en sentido norte-sur por toda su cresta.

Inicialmente ascendemos por una rectilínea carretera y proseguimos por un tramo también sin curvas pero ya sin chapapote.

Llama la atención en la subida, toparse con un pozo de nieve con tres siglos de antigüedad. Aquí se producía hielo para algunos monasterios relativamente cercanos y otros privilegiados.

Se trata de una sierra sobria y con poco arbolado. Cierto que hace tres año sufrió una seria catástrofe ecológica. 

Por ello uno de sus atractivos paisajísticos son sus formaciones pétreas son lo mas atractivo y curioso de su ascensión.

Con facilidad la imaginación idea una cabeza de camello:

E incluso detrás de la llamada Pedra da Muller (Piedra de la Mujer) aparece la efigie de un perro:

Es de suponer que la Pedra de Muller se llama así por su parecido con una señora con su delantal...un tanto picassiana, eso si.

Otra curiosidad geográfica de esta sierra es que en algún punto no señalizado entramos en Portugal. La frontera corta la sierra transversalmente. 

Bajando la vista a naciente, la niebla persistente sigue sobre Verín y el valle de Monterrei.

Aunque la piata se va degradando y se complica un tanto se alcanza sin mayores problemas la cumbre de la sierra. Se trata de la tercera cumbre del Portugal continental.

Desde esta atalaya a 1532 metros, se divisa una amplia panorámica de 360º. Difícil distinguir los pueblos gallegos de los lusitanos. Lo de las fronteras políticas es desde aquí una entelequia.

Dejamos la cumbre de la sierra do Larouco y toca regresar.

Una ruta corta, pero el caso es salir y disfrutar de lo que depara el camino en moto.

Diciembre 2021