La Cabrera y montes Aquilianos (Por Sebito)

 Excelente e intensa jornada la que disfrutamos Carlos (Ecrins) y este cronista con Juan Carlos (cei.be) como guía y anfitrión. Subida por los montes de Valdueza y el valle del Silencio a la estación de esquí del Morredero, luego una larga tirada por la comarca de la Cabrera lindando con Zamora, girando después hacia los montes Aquilianos para ascender a su pico más alto, la Aquiana. Fueron más de 200 km de carreteras buenas y otras muy rotas, y mucha pista buena y otra, esto…delicada por decir algo suave.

Arrancamos desde Ponfe pillando algo de manduca, poco hay por allá arriba:

 Y seguimos hacia san Cristóbal de Valdueza:   

Allí vemos su famoso tejo, ocupa el 8º lugar entre los árboles singulares de España por dimensiones, estado y antigüedad, tiene cerca de 5 m de circunferencia y unos  1.300 años de edad, ya estaba ahí antes de echar los cimientos de la catedral de León:

Pasamos s. Cristóbal y enchufamos la primera pista del día:

Con excelentes vistas a los montes cercanos:

Y no digamos a los valles…

Alguna dificultad sin problema…

Siguiendo adelante hasta el próximo paso:

Allí un recodo estrecho y suelto obliga a afinar la trazada. Juancar entra perfecto pero bajo la rueda la piedra se mueve, le obliga a echar un pie donde sólo hay el vacío y…patapaf, ambos al suelo y gracias a que la Afri se enganchó y no rodó barranco abajo. Balance de daños: un intermitente descolgado y una raya en el vinilo, estas motos son una pura roca:     

Luego nosotros dos, ya avisados y con algo de apoyo porsiaca, pasamos sin pegas:

Sin otro incidente desembocamos en la carretera dejando allá abajo Peñalba de Santiago, bonito pueblo aunque hoy no toca, nos estamos moviendo por los 1.400 -1.500 m de altitud:

Hasta la estación de esquí y puerto del Morredero cerca de los 1.800 m de altitud:

Con vistas apabullantes al entorno:

Una corta pistilla y continuamos subiendo hasta pasar los Portillinos ya rozando los 2.000 m y comenzando a bajar por la otra vertiente hacia la Cabrera:


Tremendas vistas, dilatadas y vacías, sin un solo arbol, sólo retamas y monte bajo:

Y totalmente vacías de tráfico, sólo este par de valientes Vespistas que no le temen a las distancias:

Así llegamos a Corporales, el primer pueblo que encontramos por aquí y donde vemos un cartel un tanto sugerente:



Un refresquito que entra de maravilla y vemos a nuestros amigos que nos han dado caza bien rápido. Era todo bajada, dijeron, jeje

Ahora hacia Encinedo viendo al pasar las zonas por donde se traía el agua para la minería de oro de las Médulas y su red de canales, unos 600 km en total y el mayor de casi 150 km de longitud:

Seguimos adelante cruzando pueblecitos como Nogar o Robledo de Losada hasta un cruce donde toca decidir:

Una alternativa era tirar hacia el lago de Sanabria por Truchas y Truchillas aunque sólo fuese por sus sugerentes nombres, pero el rodeo es demasiado para una sola jornada, quedará para otra ocasión.

En cambio tiramos hacia La Baña y su tremenda explotación de pizarra:






Allí vemos la explotación a pleno rendimiento…

Y algo más adelante el lago que es un monumento natural. Carlos hace una exploratoria pero regresa, llegando está todo muy húmedo y embarrado y decidimos dejarlo para otro día. Salimos de la explotación: 

Por una carretera bien machacada hasta alcanzar el alto de Fuente de Cueva (o da Cova en galego), pues justo aquí se pasa de Castilla-León a Galicia, y en los montes de Peña Trevinca junto al hotel de igual nombre:

Ahora hacia la comarca de Valdeorras sembrada de explotaciones de pizarra. Una riqueza económica y mucho empleo pero un desastre medioambiental con las tremendas escombreras que quedan como residuo:

Por fin, en Viladequinta encontramos acomodo y una sombra donde hincarle el diente a la empanada, el sol pega aquí de firme y se agradece un descanso:



Sin apenas pausa, sesión de tarde. En Sobradelo y cruzando el Sil nos nos tomamos un café en este bar por donde pasa el Camino de Santiago de Invierno rumbo a A Rúa:

Por el embalse de Pumares llegamos a Puente de Domigo Flórez, que cruzamos para tirar hacia San Pedro de Trones y el mirador Fuente de Gumeiros. Desde allí, tremendas vistas con las Médulas allá arriba, que hoy nos saltaremos pues no entran en el menú:


Desde allí bajada hasta Vega de Yeres. Fue lo más chungo del día con diferencia, al menos para mí. Fuertes descensos con el piso bastante suelto que con tacos se habrían negociado sin despeinarse, con mixtas me hicieron bajar con el culo bien apretado, gracias que la Afri puede llevarse en bajada en 1ª, frenando y prácticamente a régimen de ralentí sin un mal modo y sin tocar el embrague, una joya.

Por descontado, sólo se ve lo más sencillo, no suelto allí una mano ni loco...








Al llegar vemos un palomar y detrás la iglesia de Nuestra Señora de la Expectación (¿¿¿¿¿), menudo nombrecito:


Luego a Yeres y allí desde allí una larga y chula tirada por unas pistas muy sanas que nos llevan hacia los montes Aquilianos…




Éste podría ser el pico al que queremos subir pero no lo es, está bastante más lejos:



Alguna más y alejaddos de sitios potencialmente prohibidos a vehículos a motor…

Así llegamos a una explanada conocida como el Campo de las Danzas, en otra ocasión que subimos allá por el 2015 escribí:

“la Mitología cuenta que en el Campo de las Danzas, las mujeres astures danzaban desnudas en las noches de plenilunio alrededor del fuego para que no se agostase en los varones el ímpetu generativo de perpetuar la especie” (Alonso, 1994).

Pues eso. De allí iniciamos la subida definitiva al pico de la Quiana o Aquiana que era nuestro objetivo:

Con 1.850 m es el más alto de los Aquilianos, que precisamente deben su nombre a este pico, ya en un documento del año 918 se denominaba Monte Aquiliana por la cantidad de águilas que por allí podían verse:

Un empujón final y llegamos a la ermita que corona el pico, sólo queda un pequeño altar y algunas chucherías aparte de algún Nacimiento en los huecos:

Y con unas panorámicas que quitan el hipo:

¿Hasta dónde llegaría el casco si le arreo un buen viaje?, jeje

Pues un rato de contemplación y bajamos en picado hasta Villanueva de Valdueza y San Esteban, divisando Ponferrada al fondo:

Y ya en Ponfe. Un lavado a las motacas, una duchita y unas raciones bien merecidas en el mesón san Isidro en Campo que nos repusieron las energías gastadas:

Finalizando, ahora sí, con unos pertinentes digestivos, quedamos como señores que somos:

¿Qué más puedo decir? Una jornada fantástica, variada y que una buena parte era para mí desconocida. Tiempo excelente y nada de calor salvo un poquito al mediodía, ni pedido así. Gracias a mis compis y en especial a Juancar que nos alojó en su casa y nos trató como a huéspedes distinguidos, esto habrá que repetirlo dada la cantidad de sitios que quedaron sin visitar, dicho queda.

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